domingo, 5 de octubre de 2008

En Villa Gral. Arias, Comunidad Terapéutica: un mensaje pleno de vida que cumplirá 10 años.

Se está programando un encuentro muy especial para el aniversario del próximo 21 de noviembre. La institución cobija, ayuda, orienta y cuida a quienes, por diferentes motivos, quedaron atrapados por el infierno de la droga. Los casos son cada vez más cruentos.

El silencio es un privilegiado testigo de la paz que se respira en el amplio y prolijo predio de la Comunidad Terapéutica Punta Alta. El paisaje verde le imprime otra cualidad importante para quienes desean salir del infierno y abrir la ventana de la vida.
La Comunidad, ubicada en Villa General Arias, creció y el 21 de noviembre venidero celebrará su primera década de existencia, donde se desarrollarán juegos y se contará con la presencia de quienes recibieron atención en la institución.
Es el lugar más importante del mundo para 25 personas (siete mujeres, sobre todo del conurbano, y 18 hombres, que provienen de la Región Sanitaria I, Bahía Blanca, Punta Alta y Puan, entre otros). Además, hay dos vacantes que están reservadas.
Los jóvenes intentan dejar atrás un pasado tormentoso en sus vidas, así como historias incomprensibles e inusitadas. Cuentan ahora con el apoyo, la contención y la dedicación de los profesionales para "reaccionar" contra el flagelo de las adicciones y vislumbrar nuevas esperanzas y sus reinserciones a la sociedad.
La licenciada Yanina Ventura, directora de la Comunidad, dijo a "La Nueva Provincia" que se cumplirán diez años que son importantes para la trayectoria, la investigación, el conocimiento de la patología y la reformulación, y también para la búsqueda de alternativas.
"Implica además una movilización afectiva porque la institución se creó `a todo pulmón`, mediante la Fundación Padres por la Vida que sigue trabajando y con la Subsecretaría de las Adicciones que continúa apostando a este proyecto, en un hecho importante para continuar creciendo como entidad. Además, el municipio que también aporta desde lo institucional", expresó.
La licenciada Ventura, quien se desempeña en la Comunidad desde su inicio institucional, expuso que se trabaja muy bien con el Hospital Municipal "Eva Perón". "Nos ayuda muchísimo y el sistema está muy bien articulado", expresó.

Marcado deterioro. "El paciente que llega hoy es diferente al de varios años atrás. Su deterioro congnitivo y físico se nota mucho más. La droga está haciendo estragos con nuestros jóvenes y la sociedad en sí. En consecuencia, la parte clínica es fundamental. Se hace luego un abordaje desde lo terapéutico", expresó la licencia Yanina Ventura.
Manifestó que el alcohol es nocivo desde un lugar oculto porque es una droga permitida, desde el punto de vista social.
Expresó que también llegan personas que consumieron marihuana y cocaína.
Dijo que cada paciente "trae una mochila familiar muy diferente, que es dolorosa y traumática. Son chicos con infancia muy triste. Hay situaciones de abuso, violencia y maltrato. Y, en algunos casos, con escasa o nula contención familiar".
"También hay situaciones, donde si bien pasaron cosas difíciles en sus infancias, tuvieron una familia presente. En consecuencia, la adicción es una cuestión que le puede suceder a cualquier ser humano. Y en la institución se ve el trabajo en el aspecto familiar y la reconstrucción del vínculo que, en muchos casos, es posible", dijo.
"Pueden empezar a ver el abrazo, la emoción, el cariño y el afecto que les une y repara algunas cuestiones que en su infancia y en su adolescencia no estuvieron", dijo.

Amplio abordaje. El licenciado Sebastián Vega dijo que detrás de la patología adicta hay trastornos referidos a la personalidad y psicológicos.
"Se trabaja en todas aquellas cosas que, en la vida del paciente, pudo llevarlo a la adicción; la imposibilidad de ponerle palabras a lo que le pasa. Se focaliza la reestructuración de los vínculos y de su historia, dado que detrás de la adicción hay situaciones conflictivas y traumas", expresó el profesional, que también se desempeña en la institución.
"El paciente, con un par, puede conocer cosas de uno mismo y ayudar al otro. Entonces, en la convivencia surgirán obviamente muchas de las actitudes y las cuestiones que son disfuncionales", expresó Vega.

Historias inimaginables. "En la Comunidad se escucharon historias inimaginables: desde una mamadera con vino y hasta el abuso de un bebé, de un año y medio. Por ello, trabajar en la psiquis de ese paciente no es sencillo", expresó un profesional de la institución. "Amén de lo familiar, hay que enseñarles que el consumo no era normal", manifestó para agregar que ellos vivieron mucha soledad, abandono y secretos familiares muy fuertes. "Por caso, hay chicos que se enteran que su padre es otro. También hay rechazos a sus hijos".

Innovaciones desde la llegada de las mujeres. La licenciada Ventura expresó que cambió toda la dinámica de la institución con la incorporación de las mujeres (hay siete, de edades que van desde los 20 y hasta los 25 años).
Comentó que el sector ya cumplió un año y medio, y acotó que aportó mucho al funcionamiento. "Nos hizo innovar en muchas cuestiones y realizar cambios desde una cosa muy sencilla, la tarea cotidiana, y hasta el funcionamiento de los espacios terapéuticos específicos para mujeres", expuso.
"El ingreso de las mujeres posibilitó una modificación rotunda en el proceso terapéutico de los pacientes", dijo.

Reinserción laboral: La "mochila" de ser humano. "El día en la comunidad se hace muy llevadero, más allá de que la persona que está afuera piensa que es difícil. Es lo más parecido a lo que uno vive en lo cotidiano. Los chicos están en diferentes etapas y muchos de ellos ya están trabajando fuera de la Comunidad y duermen en sus casas. Luego se integran a una parte del tratamiento", expresó la licenciada Ventura.
La joven profesional dijo que cuando comienza el tratamiento el paciente queda internado las 24 horas.
"La internación es lo atípico. Le decimos al paciente que la realidad está afuera y que la internación debe durar lo menos posible. Y desde aquí tiene que llevarse las herramientas para poder enfrentar el mundo exterior que muchas veces es hostil. Y, en principio, tratar de no ir siempre con la mochila de adicto, pero sí con la de ser humano que no es poca cosa", manifestó.
Por su parte, el licenciado Vega comentó que se buscan, por lo general, pasantías ad honorem . "Se les explica a los empleadores que se trata de algo terapéutico y, previamente, hay una supervisión nuestra del lugar y de las características que tiene", dijo.

Los frutos visibles de un cuidado con esmero. El día en la CTPA comienza a las 7.30, a excepción de que alguien deba ir al hospital o de alguna salida terapéutica a su lugar de origen.
Luego, los pacientes tienen 45 minutos para el aseo personal y acomodar las habitaciones, y a las 8.15, se les sirve el desayuno.
Héctor Maya, el operador terapéutico oriundo de Pigüé, comentó que luego fuman el primer cigarrillo (durante el día suman diez).
Comentó que el primer grupo lleva a cabo la asamblea de apertura, donde relatan si descansaron bien y cómo están sus ánimos.
"Se ponen un objetivo diario. Cuando recién comienzan se adaptan a la vida en la institución. Posteriormente, deben abocarse a la limpieza de la casa y el predio, divididos en diferentes áreas: interiores, exteriores, invernadero, y gallinero y huerto. Aquí se están preparando plantines y, en las cercanías de la cancha de fútbol, una huerta aromática", comentó.
Manifestó que el buen clima y el surgente que posee el predio, son muy importantes para el desarrollo de las actividades.
Se trabaja con la colaboración y el asesoramiento del INTA, dado que les suministra las semillas y les brindan un acompañamiento técnico en forma continua.
"Esto es muy bueno porque hay muchos chicos que plantaron, por primera vez, una semilla y no conocen, por caso, el desarrollo que media entre el plantín y el tomate", expresó Héctor.
"Para su crecimiento, las cosas conllevan un cuidado. Deben trabajar todos los días, en un lugar específico, para luego ver el fruto de algo que cuidaron. Desde el punto de vista terapéutico, esto tiene un valor para esos chicos que nunca pudieron cuidar nada. Tanto es así, que si hacen lo propio en otras cuestiones pueden apreciar luego sus frutos", manifestó, en tanto, la licenciada Ventura.
En resumen, hay espacios terapéuticos, espacios grupales e individuales, tareas y la recreación que empieza a las 18 y finaliza a las 20.30, ocasión en la cual se desarrolla la cena. Posteriormente, se lleva a cabo la asamblea de cierre, donde se realiza la evaluación del día.
Los fines de semana hay espacios libres, donde se llevan a cabo proyectos que se elaboraron con anterioridad. Los domingos, en tanto, de 15 a 17, se realizan las visitas de los familiares.

El equipo profesional. En la Comunidad Terapéutica se desempeñan cinco psicólogos, siete operadores terapéuticos, una médica psiquiátrica (ingresará también un clínico) y un administrativo.
Además, colabora un equipo regional en la supervisión y el desarrollo de estrategias.
A diferencia de otras ocasiones, ahora se cuenta con un servicio alimentario que se encarga la Provincia. La dieta está controlada con una nutricionista.


La Nueva Provincia - 05/10/08